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El profesor Ricardo Ffrench–Davis participó en Ginebra, Suiza, en la Reunión Anual ministerial del Consejo Económico-Social (ECOSOC) de las Naciones Unidas, cuyo tema central fue la salud  y el desarrollo. El profesor Ffrench-Davis, en su calidad de presidente del Comité de Políticas de Desarrollo (CDP) de las Naciones Unidas, presentó las conclusiones del Informe resultante del encuentro anual efectuado en marzo de 2009, en la Sede de ONU en Nueva York.

En su exposición, Ffrench-Davis se refirió principalmente a dos temas relacionados con la crisis económica mundial. Uno es el impacto de la crisis en la gestión de la salud, dificultada por la caída de ingresos tributarios en los países en desarrollo, el aumento del desempleo y el empeoramiento de la distribución del ingreso. Dado lo anterior, se han acentuado las necesidades de cooperación internacional a los países de menor desarrollo. Destacó la necesidad de que la cooperación tenga especial  preocupación por fortalecer los servicios nacionales de salud, y evite operar al margen  o en competencia con ellos, como sucede a veces.

El profesor nos recuerda que esta recomendación es cumplida estrictamente por la Iniciativa internacional de Acción contra el Hambre y la Pobreza, en la que Chile participa con otras naciones. Los US$2 dólares extra que paga en Chile cada pasajero  de vuelos internacionales se destinan a UNITAID, que opera desde Ginebra, en la OMS, para combatir y tratar el sida, la tuberculosis y la malaria, principalmente en los países más pobres del mundo, en cooperación con los servicios nacionales de salud de esas naciones.

El segundo tema abordado por Ffrench-Davis se refirió a la urgencia de reformar los mecanismos de financiamiento compensador del FMI ante choques externos (como caída en los precios de exportación, reducción de flujos de financiamiento y créditos externos). La intensidad de los efectos recesivos de la crisis actual pone en evidencia la debilidad de los mecanismos vigentes, no obstante las mejoras introducidas  desde 2008 por el Fondo Monetario Internacional. 

Finalmente, expresó su decidido apoyo a la Decisión del G-20, en su reunión de abril en Londres, de hacer una  notable emisión de “derechos especiales de giro” (DEG), una moneda internacional que puede emitir el FMI. El CDP, tanto en su reunión de 2008  como en marzo de 2009 había  argumentado sólidamente y recomendado la conveniencia de  efectuar emisiones de DEG, como un poderoso factor contra-cíclico y de corrección de fallas de la actual globalización. Por lo que expresa su complacencia con esta decisión del G-20, que confía  que se materialice urgentemente.