Columnas de Opinión

24 Mayo, 2010

¿Innovación en el discurso? / Diario Financiero

Uno de los temas que extrañé en el reciente discurso del 21 de Mayo fue la innovación. Creo que mas allá de plantearse la meta de llegar a invertir un 1,5% del PIB en I+D

Uno de los temas que extrañé en el reciente discurso del 21 de Mayo fue la innovación. Creo que mas allá de plantearse la meta de llegar a invertir un 1,5% del PIB en I+D – lo que obviamente no es lo mismo que innovación, no recuerdo que este tema haya estado muy presente en las propuestas. Curioso. Al revisar los programas presidenciales de ambas candidaturas la innovación está por todas partes, en particular como un mecanismo para mejorar la tan frenada productividad total de factores de nuestro país. ¿Y qué pasó entonces?


Está claro que la innovación es un tema complejo, en particular para aquellos que están en las políticas públicas. Es difícil intuir por donde ‘entrarle al problema’ habida cuenta de que todos los indicadores relacionados con la innovación muestran que nuestro país está bastante mal en estas materias. El Consejo de Innovación hizo un esfuerzo colectivo y colegiado en abordar este fenómeno sugiriendo una agenda de acciones que oriente el quehacer de los hacedores de política en los años venideros. Pero ello no es suficiente.


Tal como muchos países que lograron alcanzar el desarrollo al incorporar un mayor contenido innovador en sus estructuras productivas, las buenas políticas también necesitan de una mística, de un discurso aglutinador, de una voluntad política que vea a la innovación y sus actividades relacionadas como el principal motor para lograr el desarrollo hacia el 2018.


Los efectos demostración son claves. La consistencia entre lo que se dice y se hace también. Chile hoy tiene los suficientes pergaminos para imponer condiciones en los procesos de negociación para atraer capital inteligente a sus fronteras, para exigir respeto a los derechos de propiedad, para buscar oportunidades de negocios donde no quedemos con la parte angosta del embudo.


La imagen exterior también juega un rol relevante y tocar las puertas correctas en los momentos correctos puede hacer toda la diferencia a la hora de poder escoger que sendero de desarrollo seguir. No en vano un ex presidente de la república lideró el proceso por el cual Intel se instaló en Costa Rica. Mas allá de si resultó o no, lo que quedó claro es que los precios no son suficientes como señales para lograr que estas inversiones se materialicen. Se necesita voluntad, decisión y obviamente foco.


Nada garantiza que vaya a resultar siempre, y a pocos les ha resultado bien. Pero el que no se arriesga no cruza el río ¿Y, tenemos que cruzarlo? Obviamente una estructura productiva basada principalmente en la explotación de los recursos naturales del tipo enclave tiene un correlato directo con la mala distribución del ingreso, la dependencia externa, la volatilidad y sobretodo con el atontamiento productivo. Eso es lo que vemos de esta parte de la ribera. Para cruzarlo necesitamos de buenos barcos, flotadores, capitán y tripulación. Una dosis de riesgo y temple. Y obviamente de una buena arenga.